viernes, 11 de diciembre de 2009

Michael Porter se quedó corto en su análisis del engaño que padece el Perú


El día de ayer, el gurú de la estratégia y la competitividad, Michael Porter. catedrático de la Universidad de Harvard, participó como ponente en el seminario internacional "Claves de una Estratégia Competitiva" organizado por Interbank y la Universidad del Pacífico.

Durante su ponencia, frase a frase, Porter destrozaba y desmenuzaba los sueños y alusinaciones de Alan García y compañía, quien piensa que dentro de algunos años podremos ser igual que Korea. Soñar no cuesta nada, pero debemos hacerlo con los pies puestos sobre la tierra, con bases sólidas que nos permitan alcanzar el ideal y no con demagógia barata como a la que nos tiene acostumbrado el orate.

A continuación señalo lo mencionado por Michael Porter.


" Perú NO TIENE UNA POLITICA NI UNA ESTRATEGIA DE LARGO PLAZO EN TEMAS DE COMPETITIVIDAD y, por tanto, es una economía que no tiene un rumbo definido".

"El Perú ha crecido mucho en los últimos años, pero ese crecimiento NO SE HA REFLEJADO EN BENEFICIO DE LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN".

" El Perú ha vivido una ilusión exportadora en los últimos años, porque esta variable se había incrementado por el aumento de precios de las materias primas en el mercado internacional, mientras que las exportaciones de productos con valor agregado y de servicios casi se han extancado".

"En términos de tecnología Perú NO HA AVANZADO EN ESTE SIGLO y NO APUNTA HACIA NINGUNA PARTE, y mas bien retrocede".

"...al Perú no vienen inversiones para crear nuevas empresas, sino para comprar negocios ya existentes. La inversión extranjera debería estar construyendo nuevas fábricas, creando nuevas tecnologías y experiencias, pero eso no está sucediendo, lo cual es un signo peligroso porque significa que los inversionistas extranjeros que quieran construir fábricas NO ESTAN PENSANDO EN EL PERÚ. Ello obedece a nuestra baja productividad, competitividady un entorno no muy favorable para hacer negocios. Esto tiene que ver con la PÉSIMA EDUCACIÓN, MAL SISTEMA DE SALUD, DEFICIENTE INFRAESTRUCTURA FÍSICA, LA PREOCUPANTE DESIGUALDAD SOCIAL, ALTO NIVEL DE CORRUPCIÓN Y ALTO GRADO DE INFORMALIDAD." Además, manifestó que el débil sistema legal, la estabilidad política, la falta de eficacia de los derechos de propiedady la excesiva burocracia para el sector privado juegan en contra nuestra.

"Estos son temas que debe de abordar el Perú si quiere ser atractivo y competitivo y para ello se requiere el aporte de todos".

"El Perú atraviesa tiempos económicamente peligrosos, ello debido a que las fuerzas que explican el crecimiento de los últimos años no son sostenibles porque no generan competitividad. Es en política macroeconómica donde más progresos ha logrado el Perú, pero no está invirtiendo lo suficiente en recursos humanos e infraestructura".


Si. dejar de ser una hoja al viento y realizar en serio un Plan Estratégico Nacional con la participación de todos los actores sociales a fin de determinar las prioridades que nos permitirán enfrentar el desarrollo global invirtiendo en Educación e Infraestructura.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El pensamiento de Alan García


Por César Reyna

A raíz de las protestas surgidas en la selva amazónica conviene recordar el modelo de desarrollo que maneje el presidente en funciones

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Desde que asumió el poder por segunda vez, tras un desgarrador quinquenio que dejó al país al borde del abismo, el presidente García cambió ideológicamente. Probablemente abrazó la orientación económica pro mercado un par de años antes de las elecciones de 2001, que perdió por amplio margen ante el candidato peruposibilista, Alejandro Toledo. La asimilación de la doctrina neoliberal, que causa estragos alrededor del mundo a raíz de la crisis económica internacional, supuso la ruptura definitiva del aprismo o de su líder con el ideario antiimperialista, la nacionalización de tierras e industrias, el modelo de producción autárquico, entre otras viejas ideas.

García se vio obligado a renunciar a dichos postulados, que durante su primer gobierno lo condujeron a nacionalizar la banca y romper con organismos financieros multilaterales, porque formaban parte del ordenamiento de un mundo bipolar que había desaparecido con la desintegración de la Unión Soviética. Pero no solo ese gran acontecimiento histórico originó su nuevo fervor por políticas económicas de derecha, ya que debía mostrar un perfil pragmático para convencer de su cambio a los ciudadanos y grandes empresarios que habían alcanzado cierto nivel de bienestar con la aplicación de políticas de mercado (economía abierta o neoliberales) introducidas por el ahora reo, Alberto Fujimori.

Su rol dentro del sistema, según ha declarado, es el de facilitador de las inversiones. Por ello utiliza sus facultades presidenciales para allanar el camino para la entrada masiva de capitales a la Amazonía peruana. García, como bien ha dicho en una reciente declaración, “no obedece ningún grupo corporativo empresarial” porque no es un simple peón o empleado del sector privado. Él no está ni ha pasado por la nómina de las empresas extractivas como algunos funcionarios del Estado. No les debe obediencia porque considera que los inversionistas necesitan de él para desarrollar y consolidar sus negocios. Desde ese punto de vista se siente superior a los empresarios que conciertan citas y encuentros en Palacio de Gobierno. El presidente es la última instancia ante la cual apelan para lograr que se ejecute algún proyecto o se prepare una ley con nombre propio. García se siente omnímodo y por encima de las preocupaciones y dilemas de su entorno porque está plenamente convencido de que si todos fueran como él, el mundo, y no solo el país, sería perfecto.

Al margen del análisis psicológico de este personaje, es conveniente abordar las consecuencias prácticas o tangibles de su pensamiento, es decir, los efectos que produce en el devenir de la política y la población. Para esto debemos desmenuzar sus comentarios y concentrarnos en sus siniestras acciones como resultado del ejercicio de su poder.

La ley es la mayor herramienta con la que cuenta un gobernante para obtener control social. Y García no la desaprovecha e inclusive abusa de ella (de la Constitución) para conseguir sus objetivos. “Su gobierno”, dice él, “nace de la democracia”. Lo que a su parecer le da suficiente autoridad y legitimidad moral para legislar mediante decretos y poner orden dentro del país. García olvida o prefiere olvidar que fue elegido por descarte, es decir, como el mal menor entre dos candidatos. El electorado no votó con decisión por él pues tenía poderosos motivos para sospechar de su desempeño. Su ascenso siempre fue observado con recelo hasta que diera muestras de haber cambiado. Cuando ganó, la población que sobrevivió a la recordada la hiperinflación de los ochenta tenía cierto alivio ya que el Apra no había conseguido imponerse en el Parlamento y la presencia de grupos afines a la izquierda de antaño (la del ex alcalde de Lima, Barrantes Lingán) era inexistente.

Hablar de democracia en un país que ha sufrido muchos golpes de estado, que ha tenido trece constituciones y tuvo que conformar varios gobiernos de transición conduce a cualquier oyente o lector sensato la perplejidad pues dicho sistema no existe en el Perú. A lo mucho hemos disfrutado de algunos de sus elementos constitutivos como las elecciones libres y las libertades de prensa, expresión, asociación, etc., pero en periodos determinados. El autoritarismo es más bien lo que caracteriza no solo el ejercicio de la política, sino también a la población pues demanda gobiernos autoritarios cuando las cosas se salen de control. La vocación nacional por un liderazgo fuerte que se encargue poner en marcha el país sugiere que los peruanos no han desarrollado o no manejan la noción de ciudadanía, por ende no se consideran a sí mismos como sujetos de derecho y reniegan de toda participación política.

Durante el paro amazónico que lleva 40 días sin solución visible, García dijo que “las riquezas (del suelo y del subsuelo) son de todos los peruanos”. El presidente, al igual que sus numerosos acólitos y antecesores, repite lo que supuestamente consagra la Constitución de 1993 pero no es así. Al menos en los hechos las cosas son muy distintas pues los recursos naturales pertenecen, como todos sabemos, a las multinacionales o consorcios locales que los explotan. Para que las riquezas sean efectivamente nuestras, las empresas deberían pagar una cantidad significativa por concepto de regalías como se hace en países socialistas como Bolivia, Ecuador y Venezuela, o en estados capitalistas como Alaska (Estados Unidos) o Canadá, donde el Tesoro recibe regalías al margen de los impuestos que pagan las compañías petroleras o mineras. El derecho a percibir regalías se origina a partir la explotación de recursos naturales. Las empresas pagan regalías al Estado porque aprovechan un bien de todos, y como tal no puede regalarse ni donarse, sino venderse o transferirse a cambio de una prestación económica. Por ello, bajo el régimen actual, no deberían salir del cobro del impuesto a la renta pues se trata de conceptos diametralmente distintos. Los impuestos, a saber, se pagan a raíz de la realización de una actividad económica gravable; las regalías, en cambio, son derechos que corresponden a los titulares del recurso explotado. De no modificarse pronto esta irregularidad lo que señala la Constitución y el presidente García seguirá siendo letra muerta o lirismo puro.


Otro punto que refleja el pensamiento de García es su predilección por el capital. Desde su retórica del “perro del hortelano” se autoproclamó promotor de la inversión privada y rompió con el aprismo tradicional de Haya de la Torre. Tratar de adaptar las viejas ideas de Haya a la idiosincrasia neoliberal de Alan García sería tan descabellado como reconciliar el marxismo y el maoísmo con la apertura china que impulsó hace tres décadas Deng Xiao Ping. Hoy en día García es más neoliberal que los think tank que idearon el Consenso de Washington. Su predica, cual viejo pontífice, habla de las infinitas bondades de la inversión. Nunca pierde la oportunidad para convencerse y convencernos de que el rumbo emprendido por la autocracia de Fujimori “nos permitirá avanzar por el camino de la modernidad”. Por eso Luis Giampietri, su vicepresidente, no duda que Keiko Fujimori, la hija del corrupto ex mandatario, sea la mejor opción para el sistema de cara a las elecciones de 2009, así lo reveló al diario La República (17-05-2009).

Últimamente García ha llevado su pensamiento al extremo pues pretende privatizar la selva peruana. Rivales políticos no tan acérrimos como Alejandro Toledo, con quien comparte la ideología pro mercado, ha denunciado que García “tiene la vocación de vender todo, incluso tierras con propietarios como es el caso de la Amazonía”. Durante el apuro por adecuar nuestra legislación al TLC con Estados Unidos, el líder aprista aprovechó la coyuntura para introducir reformas que afectan el medio ambiente, la biodiversidad y a las poblaciones nativas. Los decretos legislativos aprobados mediante la delegación de facultades del Congreso son abiertamente inconstitucionales porque el Estado no consultó a las tribus amazónicas. El historiador Nelson Manrique considera que “la intención del gobierno es despojar a las comunidades nativas de la Amazonía de los territorios que ocupan y que por ley les pertenecen, para entregarlos a las grandes corporaciones, tal como lo expresó el presidente Alan García en su tesis ‘El síndrome del perro del hortelano’, que en buena cuenta busca desaparecer a estas poblaciones autóctonas que terminarán engrosando los cinturones de miseria de las ciudades”.

García escribió en el diario El Comercio que “necesitamos más inversión, más empleo y mejores servicios. Para ello abrimos nuevos mercados mediante los tratados de libre comercio y nuevas áreas para la inversión dentro del país en zonas que, por razones ideológicas, aún permanecían cerradas”. La primera clave para permitir el desembarco de la inversión fueron nueve decretos y un par de leyes polémicas. La acuicultura en lagos, lagunas y ríos de la selva están su mira, así como la agroindustria para aumentar la producción de alimentos y generar empleo. El primer mandatario, al fomentar irreflexiva y desmedidamente la inversión, no está considerando potenciales impactos ambientales en los territorios donde desea introducir a los capitales. Una de sus metas es acabar con el minifundio comunero y con grandes concentraciones costeras (latifundios) de más de 40.000 hectáreas. En el caso de los primeros García dice que esa “institución colectivista” ha mantenido en la pobreza millones de peruanos. Para modernizarla (terminar con el minifundio) estableció un límite mínimo de 20 hectáreas por comunidad campesina. Si las comunidades no se adaptan el Gobierno supedita cualquier ayuda y créditos estatales a las modificaciones legales pertinentes.

Creemos que García se equivoca en el diagnostico pues lo que ha puesto en desventaja a los pobladores del interior no ha sido su organización productiva, sino la falta de servicios esenciales que debió proveer el Estado como salud y educación. García piensa al revés pues cree que dándoles más facultades a las comunidades saldrán del pozo del subdesarrollo. Lo que necesitan es más capacitación, conocimientos técnicos y asesoría para aumentar la rentabilidad de sus cultivos y encontrar mercados para sus productos agropecuarios. Lo que García perseguía era la transferencia de sus tierras pues se superponen o están dentro de grandes proyectos de explotación o exploración minera. Por eso apoyó que las decisiones comunales se aprobaran con la mitad más uno de sus miembros, es decir, por mayoría simple. Afortunadamente tuvo que dar marcha atrás ya que los decretos 1015 y 1073 fueron derogados debido a multitudinarias manifestaciones sociales.


El Perú no se desarrollara “sin inversión ni tecnología foránea”, según García. De ahí su apuesta por los tratados comerciales en el plano externo y promocionar la incursión inversión en el interno. Bajo su concepto, la riqueza no la pueden explotar únicamente los peruanos pues el capital nacional le jugó más de una mala pasada durante su primer gobierno al boicotearlo y sacarle la vuelta a sus medidas (los industriales aprovecharon el dólar barato que era vendido por el Ejecutivo no para aumentar la producción, sino para enviarlo a cuentas del exterior).

Muchos de los planes de García no son nuevos pues mira constantemente a Chile y a Brasil, países a los que desearía superar en el largo plazo. Alcanzar a Chile le parece una meta accesible puesto que el Perú posee más recursos naturales y territorio. Pero carecemos de buenos profesionales y planificación. La deficiencia educativa peruana impide que ese sueño se logre. En dicho sector Chile nos saca varios cuerpos de ventaja y la brecha se acrecienta año tras año. Sin capital humano es imposible avanzar en otras áreas como desarrollar y depender cada vez más de nuestro mercado interno para no sufrir los vaivenes del comercio internacional (la demanda será débil en la medida que no se eduque a la gente pues la ausencia de capacitación presiona los salarios a la baja).

En cuanto a Brasil, García está tratando de copiar la cuestionable política de desarrollo amazónico de Lula da Silva, que se sustenta en la deforestación para cultivar enormes campos de soja y despejar selva para el ganado. La soja del gigante sudamericano se exporta a China al igual que la carne de vacuno (el consumo oriental fomenta la acelerada la depredación de ecosistemas). Pero el presidente peruano va un poco más allá de su par del Atlántico pues desea explotar “recursos como el petróleo, gas, madera, pesca, entre otros”. Por ello avasalla derechos reconocidos a los indígenas y promueve la colonización de la Amazonía[1] para que miles de colonos se dediquen a la pesca y la extracción maderera. De ese modo está incentivando la tala irracional que contribuye al calentamiento global pues está demostrado que la deforestación reduce la capacidad de absorción del carbono liberado en la atmósfera.

Por si fuera poco, y esto es lo más grave, ofrece los bosques para la producción de biocombustibles (3 millones de hectáreas de bosques primarios). Para él es de “alto interés nacional” desarrollar dicho negocio, de ahí que haya promulgado el Decreto Legislativo 1090, por el que se puede cambiar la denominación para el uso de las tierras de forestal a agrícola, y, desde enero del presente año, ha entrado en vigencia una normativa que declara de “interés nacional” cultivos energéticos como el piñón blanco en la Amazonía. La tendencia a reemplazar al petróleo por los biocombustibles para contrarrestar los efectos del cambio climático, en opinión de Peter Brabeck-Latmathe, director general de Nestle, la corporación de alimentos más grande del mundo, es equivocada, “pues se necesitan 9.100 litros de agua para cultivar la soya necesaria para obtener un litro de biocombustible y más de 4.000 litros para obtener un litro de bioetanol”. En el proceso industrial se erradicarán miles de árboles y plantas nativas, y se usará combustible fósil para operar la maquinaria y trasladar el biocombustible a centros de distribución. No parece sensato iniciar esa actividad en la región amazónica cuando los perjuicios son inmensos.




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[1] En la selva hay 45 millones de hectáreas de bosques de producción que podrían verse afectados porque se encuentran dentro de las comunidades selváticas.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El secreto de Singapur: la educación

By SINGAPUR

Cuando funcionarios de educación de todo el mundo vienen aquí para ver por qué los estudiantes de Singapur obtienen tan buenos resultados en los exámenes internacionales de ciencia y matemática, no les lleva demasiado tiempo descubrir el secreto: hay una obsesión nacional con la educación.

Es una obsesión que, como pude observar a los pocos minutos de llegar al aeropuerto, se manifiesta hasta en los billetes de dólares del país. Mientras los billetes en Estados Unidos y Latinoamérica muestran imágenes de próceres del pasado, el billete de 2 dólares de Singapur --el de mayor circulación, ya que no hay otro de menor denominación aquí-- muestra un aula con los alumnos escuchando atentamente lo que dice un profesor, con una universidad en el fondo. Debajo, se lee una sola palabra: ``Educación''.

En el transcurso de una visita de una semana, encontré en todas partes síntomas de esta obsesión nacional: hay bibliotecas públicas en los centros comerciales, enormes titulares en los medios sobre estudiantes que sobresalen academicamente, y un ministro de Educación que --tal vez sintomáticamente-- también es ministro alterno de Defensa.

Hay algunas cosas que muchos países latinoamericanos, y Estados Unidos, podrían aprender del papel que ha jugado la educación en este país.

Hace apenas cuatro décadas, cuando Gran Bretana le retiró a Singapur su estatus de colonia británica, este pequeño país era tan pobre que ninguna otra nación quizo hacerse cargo de su territorio. Su producto bruto en la década de los años sesentas era menos de la mitad del de Argentina, y similar al de México y Jamaica.

Hoy día, en gran parte por su énfasis en la educación, Singapur es el noveno país más rico del mundo en ingreso percápita. Comparativamente, Estados Unidos ocupa el décimo lugar, Argentina el 81, México el 82, y Jamaica el 123.

En lo que hace a su sistema educativo, la historia de Singapur es asombrosa. Hace cuatro décadas, Singapur tenía un alto nivel de analfabetismo.

Hoy día, Singapur ocupa el primer puesto en los exámenes internacionales TIMSS destinados a evaluar la capacidad de los estudiantes de 4to. y 8vo. grado en matemática y ciencias.

La Universidad Nacional de Singapur ocupa el lugar número 30 entre las mejores universidades del mundo del Suplemento de Educación Superior del Times de Londres. Comparativamente, la mejor universidad de América Latina en ese ranking, la Universidad Nacional Autónoma de México, esta en el lugar 150.

``Para nosotros, la educación es una cuestión de supervivencia'', me dijo el presidente de la Universidad Nacional de Singapur, Tan Chorh Chuan. ``Singapur no tiene recursos naturales, de manera que no podemos sobrevivir si no nos concentramos en formar gente preparada''.

De hecho, este país de 4.6 millones de personas importa virtualmente todo, incluyendo buena parte del agua que consume.

¿Cómo lo hizo Singapur? Según funcionarios y académicos locales, el fundador del país, Lee Kwan Yew, tuvo la visión de convertir a Singapur en un país angloparlante con educación bilingüe, donde los estudiantes aprenden inglés como primer idioma, y su lengua materna --mandarín, tamil o malayo-- como segunda lengua. Eso contribuyó a convertir a Singapur en un centro importante del comercio mundial, afirman.

También convirtió el sistema educativo en una de las más duras meritocracias del mundo, que produce trabajadores altamente calificados, y que exporta cada vez más productos de alta tecnología.

La meritocracia académica de Singapur empieza en primer grado, donde los niños son clasificados en un ranking según su desempeño académico, desde el primero hasta el último.

En la escuela primaria Rulang, una escuela primaria pública con 2,100 estudiantes, especializada en enseñanza robótica, los maestros me miraron un poco perplejos cuando les pregunté si informarle a una niña de siete años que es la última de su clase no es someterla a una presión excesiva en un momento muy temprano de su vida.

``No'', me dijo la directora de la escuela Cheryl Lim. ``Les decimos en qué lugar del ranking están para dejarles saber qué lugar ocupan en este momento, y que pueden mejorar el año próximo''.

Según el resultado que obtengan en un riguroso examen nacional al finalizar la escuela primaria, los estudiantes son destinados a diferentes escuelas secundarias, cada una de las cuales tiene una especialidad particular.

Por medio de un proceso que los funcionarios llaman ``canalización'', las escuelas identifican las capacidades de los estudiantes, y los encauzan en diferentes vertientes académicas que finalmente los conducen a la universidad o a escuelas técnicas o vocacionales.

Al finalizar la primera etapa del secundario, los estudiantes deben rendir otro examen nacional, y según el resultado que obtengan pueden ir a Institutos Politécnicos que producen técnicos especializados, o a Institutos de Educación Técnica, que ofrecen certificados en peluquería, asistencia de enfermería y docenas de otros oficios.

Las autoridades educativas y académicas niegan que sea un sistema draconiano. Señalan que los Institutos Politécnicos y los Institutos de Educación Técnica proporcionan una carrera --y autoestima-- a todo el mundo.

``Esa es la joya de mi corona'', me dijo el ministro de Educacion Ng Eng Hen en el curso de una entrevista. ``Casi todos los países tienen buenas universidades, pero pocos tienen un buen sistema de escuelas vocacionales''.

Mi opinión: Por su pequeño tamaño y su régimen autoritario --la broma en Singapur es que aquí hay tanta censura que no se puede ir a pescar, porque hasta los peces tienen la boca cerrada--, no se puede presentar a este país como un modelo a seguir.

No obstante, podemos aprender algo de su obsesión nacional con la educación, y de su red de seguridad académica para estudiantes de bajo desempeño. Tal vez deberíamos empezar por poner la palabra ``Educación'' en nuestros billetes, para recordarnos constantemente de la importancia de un buen sistema educativo en la nueva economía global, cada vez más basada en el conocimiento.

POR: Andrés Oppenheimer

martes, 24 de marzo de 2009

Valle Riestra: Perú debe armarse por si Chile patea el tablero


El constitucionalista Javier Valle-Riestra afirmó que el Perú debe estar preparado para un eventual desconocimiento por parte de Chile a un fallo en La Haya favorable para nuestro país, por lo que consideró necesario que se dispongan mayores recursos para las Fuerzas Armadas, a fin de hacer respetar nuestra soberanía.


Indicó que Chile “es un país fanático y que siempre ha querido agredir. Es un país belicista, no es socialista, es un país de entraña dictatorial o imperial, pese a ser del tercer mundo y si ganamos el caso, puede no querer cumplirlo porque ellos creen que su mar presencial está donde están sus intereses”.

El constitucionalista refirió que “ahí surge un problema, porque podemos ganar sobre el papel, pero Chile va a rehusarse a cumplirlo y si bien podría venir una actitud continentalista, en la que desde las calles se demande a Chile que cumpla con sus deberes, dado que es un país militarista con falsos socialistas puede optar por otra vía”.

Por ello, consideró pertinente que “dado que eso va a suceder en 5 ó 6 años, el Perú debe armarse para enfrentar esa situación, porque si te vas a poner en una actitud pasiva, genuflexa ante Chile, estamos perdidos”.

Respecto del intento de La Moneda, de incluir a Bolivia y Ecuador en el litigio con Perú, consideró que será un fracaso y solo es una medida desesperada y demagógica.

“Ecuador y Bolivia no tienen nada que hacer en el proceso y la intención de Chile de incluirlos es demagógica, son falsedades públicas que obedecen a la demagogia del perdedor que no tendrán éxito. La demanda peruana no afecta desde ningún punto de vista el reclamo boliviano, ese es un problema con Chile”, recalcó.

Resaltó que “el diferendo lo resolverán los jueces de La Haya, que no están al tanto de las campañas o reclamos de Bolivia o Ecuador. El problema está en lo que aparece en el expediente y ahí las declaraciones sobre zonas marítimas del 52 y 54 no son implícitas ni explícitamente tratados de límites”.

“Los jueces de La Haya no son los jueces del jirón Azángaro, tienen una formación intelectual y doctrinaria distinta y no están al tanto de estas peripecias aldeanas de nuestra América Latina como manifestaciones o pintado de paredes, eso no les interesa. La postura de Bolivia obedece a la visión aldeana de su canciller”, acotó.

Señaló que a la luz de los sólidos argumentos peruanos, Chile va a fracasar ante la instancia supranacional. “Tal es así que el diario chileno La Nación ha reconocido que la demanda de Perú es sólida, pero eso lo hacen los intelectuales, mas no los políticos porque saben que están expuestos a una derrota clamorosa. Las excepciones que presente La Moneda serán rechazadas porque el tribunal comprobará que no hay límites y al superponerse los triángulos, la única solución es la equidistancia”, expresó.

Agregó que el respaldo de Bolivia a la campaña de desprestigio chilena no es nueva, porque “siempre fue un satélite chileno”.

Recordó que nosotros celebramos el Tratado de Ancón en 1883 y allí se señaló que un plebiscito en 10 años definiría el destino de Tacna y Arica, pero no se pudo celebrar por el “sabotaje chileno”, teniendo que irse a una transacción en la que se estableció que Arica era para Chile y Tacna para Perú.

¿Pero qué pasó en el ínterin?, se preguntó, contestando que en 1895 el canciller chileno que dirigía al canciller boliviano le dijo que si ganaban el plebiscito, se comprometían a entregarles Tacna y Arica tal como las recibieran.

“O sea hubo un contubernio, así que no es la primera vez que los bolivianos toman esta actitud de alta traición frente a Perú. Lo mismo sucede ahora y lo malo es el contubernio desleal de Bolivia a Indoamérica, desleal al Perú, donde un país tercermundista que se jacta de izquierdista y revolucionario está al lado de un país broquelado y fabricado por (Augusto) Pinochet y que está dirigido por falsos socialistas”, puntualizó.


Fuente: 24horaslibre.com

jueves, 12 de marzo de 2009

Blanca valera..¡Presente!


Falleció la gran poeta peruana Blanca Varela a los 82 años de edad


Era considerada como una de las voces poéticas más importantes de Latinoamérica. Fue reconocida con los premios más importantes, como el Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2001), el Federico García Lorca (2006) y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007).
Lamentable pérdida. Una de las voces poéticas más importantes de Latinoamérica, Blanca Varela, dejó de existir hoy en Lima, a los 82 años de edad.

La poetisa, nacida en Lima el 10 de agosto de 1926, fue galardonada con los premios más importantes de la poesía en español, como el Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2001), el Federico García Lorca (2006)y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007).

Se inició en la poesía en la Universidad de San Marcos, donde ingresó en 1943 para estudiar Letras y Educación.

A partir de 1947 empezó a colaborar en la revista Las Moradas, que dirigía Emilio Westphalen. En 1949 llegó a París, donde entraría en contacto con la vida artística y literaria del momento de la mano de Octavio Paz, una figura determinante en su carrera literaria, que la conectaría con el círculo de intelectuales latinoamericanos y españoles radicados en Francia.

De esta etapa data su amistad con Sartre, Simone de Beauvoir, Michaux, Giacometti, Léger, Tamayo y Martínez Rivas, entre otros.

Después de su larga temporada en París, Varela vivió en Florencia y luego en Washington, ciudades donde se dedicó a hacer traducciones y eventuales trabajos periodísticos.

En 1959 publicó su primer libro Este puerto existe, en 1963 Luz de día y en 1971 Valses y otras confesiones. Luego, en 1978, realizó su primera recopilación fundamental con su escritura Canto villano.

Finalmente apareció su antología de 1949 a 1998 con el título Como Dios en la nada.

Acá los dejamos con Puerto Supe, uno de los poemas más reconocidos de Blanca Varela:

Está mi infancia en esta costa,
bajo el cielo tan alto,
cielo como ninguno, cielo,
sombra veloz, nubes de espanto,
oscuro torbellino de alas,
azules casas en el horizonte.

Junto a la gran morada sin ventanas,
junto a las vacas ciegas,
junto al turbio licor y al pájaro carnívoro.

¡Oh, mar de todos los días,
mar montaña,
boca lluviosa de la costa fría!

Allí destruyo con brillantes piedras la casa de mis padres,
allí destruyo la jaula de las aves pequeñas,
destapo las botellas y un humo negro
escapa y tiñe tiernamente el aire y sus jardines.

Están mis horas junto al río seco,
entre el polvo y sus hojas palpitantes,
en los ojos ardientes de esta tierra
adonde lanza el mar su blanco dardo.
Una sola estación,
un mismo tiempo de chorreantes dedos
y aliento de pescado.
Toda una larga noche entre la arena.

Amo la costa,
ese espejo muerto en donde el aire gira como loco,
esa ola de fuego que arrasa corredores,
círculos de sombra y cristales perfectos.

Aquí en la costa escalo un negro pozo,
voy de la noche hacia la noche honda,
voy hacia el viento que recorre
ciego pupilas luminosas y vacías,
o habito el interior de un fruto muerto,
esa asfixiante seda, ese pesado espacio
poblado de agua y pálidas corolas. En esta costa soy el que despierta entre el follaje de alas pardas,
el que ocupa esa rama vacía, el que no quiere ver la noche.

Aquí en la costa tengo raíces,
manos imperfectas,
un lecho ardiente
en donde lloro a solas