martes, 24 de marzo de 2009

Valle Riestra: Perú debe armarse por si Chile patea el tablero


El constitucionalista Javier Valle-Riestra afirmó que el Perú debe estar preparado para un eventual desconocimiento por parte de Chile a un fallo en La Haya favorable para nuestro país, por lo que consideró necesario que se dispongan mayores recursos para las Fuerzas Armadas, a fin de hacer respetar nuestra soberanía.


Indicó que Chile “es un país fanático y que siempre ha querido agredir. Es un país belicista, no es socialista, es un país de entraña dictatorial o imperial, pese a ser del tercer mundo y si ganamos el caso, puede no querer cumplirlo porque ellos creen que su mar presencial está donde están sus intereses”.

El constitucionalista refirió que “ahí surge un problema, porque podemos ganar sobre el papel, pero Chile va a rehusarse a cumplirlo y si bien podría venir una actitud continentalista, en la que desde las calles se demande a Chile que cumpla con sus deberes, dado que es un país militarista con falsos socialistas puede optar por otra vía”.

Por ello, consideró pertinente que “dado que eso va a suceder en 5 ó 6 años, el Perú debe armarse para enfrentar esa situación, porque si te vas a poner en una actitud pasiva, genuflexa ante Chile, estamos perdidos”.

Respecto del intento de La Moneda, de incluir a Bolivia y Ecuador en el litigio con Perú, consideró que será un fracaso y solo es una medida desesperada y demagógica.

“Ecuador y Bolivia no tienen nada que hacer en el proceso y la intención de Chile de incluirlos es demagógica, son falsedades públicas que obedecen a la demagogia del perdedor que no tendrán éxito. La demanda peruana no afecta desde ningún punto de vista el reclamo boliviano, ese es un problema con Chile”, recalcó.

Resaltó que “el diferendo lo resolverán los jueces de La Haya, que no están al tanto de las campañas o reclamos de Bolivia o Ecuador. El problema está en lo que aparece en el expediente y ahí las declaraciones sobre zonas marítimas del 52 y 54 no son implícitas ni explícitamente tratados de límites”.

“Los jueces de La Haya no son los jueces del jirón Azángaro, tienen una formación intelectual y doctrinaria distinta y no están al tanto de estas peripecias aldeanas de nuestra América Latina como manifestaciones o pintado de paredes, eso no les interesa. La postura de Bolivia obedece a la visión aldeana de su canciller”, acotó.

Señaló que a la luz de los sólidos argumentos peruanos, Chile va a fracasar ante la instancia supranacional. “Tal es así que el diario chileno La Nación ha reconocido que la demanda de Perú es sólida, pero eso lo hacen los intelectuales, mas no los políticos porque saben que están expuestos a una derrota clamorosa. Las excepciones que presente La Moneda serán rechazadas porque el tribunal comprobará que no hay límites y al superponerse los triángulos, la única solución es la equidistancia”, expresó.

Agregó que el respaldo de Bolivia a la campaña de desprestigio chilena no es nueva, porque “siempre fue un satélite chileno”.

Recordó que nosotros celebramos el Tratado de Ancón en 1883 y allí se señaló que un plebiscito en 10 años definiría el destino de Tacna y Arica, pero no se pudo celebrar por el “sabotaje chileno”, teniendo que irse a una transacción en la que se estableció que Arica era para Chile y Tacna para Perú.

¿Pero qué pasó en el ínterin?, se preguntó, contestando que en 1895 el canciller chileno que dirigía al canciller boliviano le dijo que si ganaban el plebiscito, se comprometían a entregarles Tacna y Arica tal como las recibieran.

“O sea hubo un contubernio, así que no es la primera vez que los bolivianos toman esta actitud de alta traición frente a Perú. Lo mismo sucede ahora y lo malo es el contubernio desleal de Bolivia a Indoamérica, desleal al Perú, donde un país tercermundista que se jacta de izquierdista y revolucionario está al lado de un país broquelado y fabricado por (Augusto) Pinochet y que está dirigido por falsos socialistas”, puntualizó.


Fuente: 24horaslibre.com

jueves, 12 de marzo de 2009

Blanca valera..¡Presente!


Falleció la gran poeta peruana Blanca Varela a los 82 años de edad


Era considerada como una de las voces poéticas más importantes de Latinoamérica. Fue reconocida con los premios más importantes, como el Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2001), el Federico García Lorca (2006) y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007).
Lamentable pérdida. Una de las voces poéticas más importantes de Latinoamérica, Blanca Varela, dejó de existir hoy en Lima, a los 82 años de edad.

La poetisa, nacida en Lima el 10 de agosto de 1926, fue galardonada con los premios más importantes de la poesía en español, como el Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2001), el Federico García Lorca (2006)y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007).

Se inició en la poesía en la Universidad de San Marcos, donde ingresó en 1943 para estudiar Letras y Educación.

A partir de 1947 empezó a colaborar en la revista Las Moradas, que dirigía Emilio Westphalen. En 1949 llegó a París, donde entraría en contacto con la vida artística y literaria del momento de la mano de Octavio Paz, una figura determinante en su carrera literaria, que la conectaría con el círculo de intelectuales latinoamericanos y españoles radicados en Francia.

De esta etapa data su amistad con Sartre, Simone de Beauvoir, Michaux, Giacometti, Léger, Tamayo y Martínez Rivas, entre otros.

Después de su larga temporada en París, Varela vivió en Florencia y luego en Washington, ciudades donde se dedicó a hacer traducciones y eventuales trabajos periodísticos.

En 1959 publicó su primer libro Este puerto existe, en 1963 Luz de día y en 1971 Valses y otras confesiones. Luego, en 1978, realizó su primera recopilación fundamental con su escritura Canto villano.

Finalmente apareció su antología de 1949 a 1998 con el título Como Dios en la nada.

Acá los dejamos con Puerto Supe, uno de los poemas más reconocidos de Blanca Varela:

Está mi infancia en esta costa,
bajo el cielo tan alto,
cielo como ninguno, cielo,
sombra veloz, nubes de espanto,
oscuro torbellino de alas,
azules casas en el horizonte.

Junto a la gran morada sin ventanas,
junto a las vacas ciegas,
junto al turbio licor y al pájaro carnívoro.

¡Oh, mar de todos los días,
mar montaña,
boca lluviosa de la costa fría!

Allí destruyo con brillantes piedras la casa de mis padres,
allí destruyo la jaula de las aves pequeñas,
destapo las botellas y un humo negro
escapa y tiñe tiernamente el aire y sus jardines.

Están mis horas junto al río seco,
entre el polvo y sus hojas palpitantes,
en los ojos ardientes de esta tierra
adonde lanza el mar su blanco dardo.
Una sola estación,
un mismo tiempo de chorreantes dedos
y aliento de pescado.
Toda una larga noche entre la arena.

Amo la costa,
ese espejo muerto en donde el aire gira como loco,
esa ola de fuego que arrasa corredores,
círculos de sombra y cristales perfectos.

Aquí en la costa escalo un negro pozo,
voy de la noche hacia la noche honda,
voy hacia el viento que recorre
ciego pupilas luminosas y vacías,
o habito el interior de un fruto muerto,
esa asfixiante seda, ese pesado espacio
poblado de agua y pálidas corolas. En esta costa soy el que despierta entre el follaje de alas pardas,
el que ocupa esa rama vacía, el que no quiere ver la noche.

Aquí en la costa tengo raíces,
manos imperfectas,
un lecho ardiente
en donde lloro a solas